Guía de audioYedikule Fortress

Yedikule Hisarı

Fortaleza con 7 torres construida en 1458 y famosa por su calabozo real, donde estuvieron encarceladas muchas personas célebres.

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La fortaleza de Yedikule se alza en el límite de Estambul, justo donde las antiguas murallas de la ciudad tocan las aguas del mar de Mármara. Su historia abarca siglos y une el esplendor romano con la ambición otomana. En sus orígenes, esta fortificación no fue concebida para encerrar, sino para recibir: la famosa Puerta Dorada, construida en la época tardía del Imperio romano, relucía entre oro y mármol como el acceso más majestuoso a la ciudad, abriendo paso a emperadores y huéspedes reales con gran ceremonia.

Hacia mediados del siglo dieciséis, el sultán otomano Mehmed el Conquistador tomó aquellas ruinas y añadió tres torres más, dando forma a la fortaleza de siete torres que conocemos hoy. Bajo el resguardo de poderosos muros, la fortaleza sirvió durante siglos como tesoro imperial, custodiando las riquezas más valiosas del imperio.

Con el paso del tiempo, también cambió su función. De lugar de bienvenida real, pasó a ser una prisión de alto rango. Por sus salas y celdas desfilaron figuras célebres: reyes, diplomáticos, sultanes y generales encarcelados. El joven sultán Osman Segundo encontró un trágico final en una de las torres, que hoy lleva su nombre. Otras torres revelan su pasado en sus nombres: la Torre del Arsenal almacenó armas, la Torre del Tesoro resguardó oro y joyas, y la Torre de la Bandera ondeaba el estandarte otomano sobre la ciudad.

Guerras, terremotos e incendios pusieron a prueba a Yedikule y la obligaron a reinventarse una y otra vez. En la segunda mitad del siglo diecinueve, llegó a albergar una escuela femenina e incluso un zoológico. Aún se conserva la mezquita construida por los otomanos, y la fuente donde antaño se reunían soldados y funcionarios sigue en pie.

Yedikule es el resultado de la fusión de culturas: un arco triunfal romano integrado con robustas torres otomanas. En la actualidad, los visitantes pueden recorrer sus corredores de piedra, descifrar inscripciones milenarias y asomarse a un pozo que la leyenda asocia con oscuros secretos. Gracias a la restauración y al creciente interés del público, Yedikule se ha convertido en uno de los museos al aire libre más antiguos de Estambul. Hoy, los patios que alguna vez resonaron con pasos reales y conspiraciones, se llenan de visitas guiadas y eventos culturales.

Junto a las legendarias murallas de Estambul, la fortaleza es un puente entre pasado y presente. Ya sea por su arquitectura, sus historias o las vistas impresionantes de la ciudad, Yedikule sigue siendo una puerta abierta no solo de piedra, sino también del propio tiempo.

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