Guía de audioParque Taksim Gezi
İBB Taksim Gezi Parkı
Parque lleno de árboles, uno de los pocos que hay en la zona, donde tuvo lugar una gran protesta en el año 2013.
En el vibrante corazón de Estambul, junto a la energía de la Plaza Taksim y la famosa avenida Istiklal, el parque IBB Taksim Gezi se mantiene como uno de los últimos espacios verdes de la zona. Su frescura, la sombra de los árboles y los coloridos parterres de flores ofrecen un respiro bienvenido frente al bullicio urbano. Hoy en día, es un punto de encuentro: amigos que pasean, vecinos que juegan al ajedrez en los bancos, parejas que descansan junto a la gran fuente central y niños que corren por los amplios céspedes.
Sin embargo, bajo su apacible superficie, el parque Gezi guarda capas de historia. En el siglo dieciséis, una parte de este terreno fue un cementerio armenio, lugar de descanso para la comunidad local. Algunas antiguas lápidas, ahora integradas en los escalones del parque, aún insinúan esos orígenes.
A comienzos del siglo diecinueve, en este lugar se levantó un imponente cuartel militar con torres y cúpulas que combinaban influencias otomanas y orientales. Tras un periodo de agitación en la ciudad durante las primeras décadas del siglo veinte, el cuartel se transformó en un estadio, donde se celebró el primer partido oficial de la selección nacional de fútbol de Turquía.
Con la llegada de la era republicana, un ambicioso proyecto urbano dirigido por el arquitecto francés Henri Prost imaginó amplios parques y nuevos espacios para la vida ciudadana. Se demolieron el cuartel y el estadio, y para la década de los cuarenta, el parque Gezi comenzó a tomar forma: sus escaleras de mármol y extensos prados verdes ofrecían a los habitantes de Estambul un raro oasis de tranquilidad.
Con los años, la construcción de hoteles y edificios comerciales redujo el tamaño del parque, pero su importancia como lugar de encuentro social y cultural solo creció. En el año dos mil trece, cuando surgieron planes para convertir el parque en un centro comercial, estallaron protestas. El movimiento pronto se extendió por todo el país y abrió un debate sobre la democracia y el espacio público. Hoy, el ambiente sosegado del parque Gezi, impregnado de ecos de cambio, refleja la compleja historia de Estambul: un cruce de memorias, comunidad y renovación.