Guía de audioPelit Chocolate Museum

Pelit Çikolata Müzesi

Exhibition of hundreds of historical figures, artworks & landmarks intricately carved in chocolate.

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Al entrar en el Museo del Chocolate Pelit en Estambul, te recibe un dulce aroma a cacao y el suave murmullo de una cascada de chocolate. Este museo, inaugurado junto con la fábrica de chocolate Pelit a finales de los años cincuenta, está situado cerca del centro de la ciudad, pero en cuanto cruzas la puerta parece que te trasladas a otro mundo. En sus inicios, fue concebido como una vitrina para mostrar la destreza de los chocolateros de Pelit, quienes llevan más de sesenta años elaborando chocolate turco. Con el tiempo, el museo se convirtió en un destino independiente, atrayendo a visitantes de todo el mundo.

Aquí, el chocolate va más allá de ser solo un dulce: se transforma en una verdadera manifestación artística. El museo está dividido en cinco salas temáticas. En la Sala Principal, los visitantes pueden probar auténtico chocolate caliente directamente de una cascada, llenando pequeñas tazas antes de admirar impresionantes esculturas, como un Arca de Noé rodeada de animales, todas talladas con gran maestría.

En la Sala Estambul se pueden ver recreaciones en chocolate de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Torres en tonos bronce y crema rinden homenaje a lugares como Santa Sofía, la Torre de la Doncella y la Torre de Gálata, reproducidos con un nivel de detalle sorprendente.

La Sala de los Grandes está dedicada a figuras históricas como Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna, y a otros líderes cuyos retratos de chocolate aportan un toque inesperado a la historia.

Los amantes del arte disfrutarán de la Sala de las Artes, donde cuadros clásicos y personajes de cuentos como Blancanieves cobran vida en forma de creaciones de chocolate. Por su parte, la Sala de las Civilizaciones recorre las culturas antiguas que han moldeado Turquía, desde el Imperio Otomano hasta el Bizantino, narrando sus historias en lienzos comestibles.

Los más pequeños encuentran aquí su propio paraíso: una zona luminosa llena de héroes de cuentos, columpios y juegos. A lo largo de la visita, es posible ver a los maestros chocolateros moldear y pintar figuras de chocolate, acercando el arte de este oficio a todos los visitantes.

El recorrido concluye en una colorida tienda de regalos que recuerda a un pequeño bazar egipcio, donde es posible adquirir chocolates artesanales, y en un acogedor restaurante decorado con detalles turcos y otomanos, ideal para descansar después del recorrido.

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