Guía de audioMezquita de Zeyrek
Molla Zeyrek Camii
Mezquita del siglo XII que representa un claro ejemplo de la arquitectura bizantina medieval.
En el animado corazón del barrio de Fatih en Estambul, en lo alto de una colina con vistas panorámicas al Cuerno de Oro, se alza un monumento extraordinario que une siglos de historia: la Molla Zeyrek Camii. A primera vista, llaman la atención sus ladrillos y cúpulas. Pero tras esos muros se esconde una historia única de transformación.
A comienzos del siglo doce, este lugar surgió como un gran monasterio bizantino. Fue fundado por la emperatriz Irene de Hungría y, posteriormente, su esposo, el emperador Juan el Segundo Comneno, amplió el recinto. El complejo incluía no una, sino dos iglesias. Cada una de ellas estaba dedicada a Cristo Pantocrátor y a la Virgen. Contaba además con una capilla, biblioteca, hospital y otras instalaciones. Con el tiempo, estas construcciones separadas se unificaron a través de una capilla central decorada con esmero. Así se creó un espacio amplio y armonioso, que luego se transformó en el lugar de sepultura imperial de la ciudad tras Santa Sofía.
En cuanto a su arquitectura, la Molla Zeyrek Camii destaca como una obra maestra del estilo medio-bizantino. Su sello característico es la técnica de ladrillo encajado, que consiste en una cuidadosa disposición de ladrillos alternados con gruesas capas de mortero. Esto le confiere a los muros una textura ondulada y un matiz suave. Se aprecian plantas en forma de cruz, ábsides poligonales de siete lados, cúpulas elevadas y detalles en mármol y vidrio de colores. En el pasado, el interior deslumbraba con mosaicos y suelos de incrustaciones, aunque estos han quedado cubiertos por el paso del tiempo.
El complejo cambió de manos muchas veces a lo largo de los siglos. Tras la Cuarta Cruzada y durante el dominio latino, fue hogar de clérigos venecianos que custodiaban valiosas reliquias. Pronto volvió a ser templo ortodoxo, hasta que la conquista otomana de Constantinopla marcó una nueva transformación. La iglesia central pasó a ser mezquita. Las antiguas celdas monásticas albergaron la primera escuela otomana de Estambul, conocida como medrese. La mezquita debe su nombre a Molla Zeyrek, un distinguido maestro que enseñó aquí hasta que la escuela se trasladó.
El edificio resistió incendios, terremotos y décadas de abandono. Ya a finales del siglo veinte, estuvo a punto de perderse para siempre. Esto impulsó una profunda restauración. Algunas decisiones, como la incorporación de materiales modernos, generaron controversia. Sin embargo, estos esfuerzos permitieron que la mezquita volviera a abrir sus puertas al culto y a los visitantes.
Hoy, la Molla Zeyrek Camii es historia viva: una joya bizantina poco común en medio de las bulliciosas calles de Estambul. Se encuentra cerca de otros emblemáticos edificios como la mezquita Eski Imaret y el restaurante Zeyrekhane. Su historia entrelaza la ambición imperial, el arte sacro, los cambios culturales y un inquebrantable espíritu de renovación. Es, en definitiva, un espíritu que sigue acogiendo a viajeros de todo el mundo.