Guía de audioMezquita Azul
Sultanahmet Camii
Lugar famoso construido en 1616 y conocido como la Mezquita Azul, que contiene la tumba de su fundador.
En el corazón de Estambul se alza la Sultanahmet Camii, conocida en todo el mundo como la Mezquita Azul. Construida hace más de cuatrocientos años, esta mezquita es mucho más que un lugar de culto: representa la ambición, la fe y el genio artístico. Su historia comienza en tiempos de incertidumbre. Tras un tratado de paz que debilitó el prestigio del Imperio Otomano, el joven sultán Ahmed I, que había subido al trono siendo apenas un adolescente, soñaba con devolverle a su ciudad su antiguo esplendor. Sin los botines de guerra que normalmente financiaban proyectos tan ambiciosos, recurrió al tesoro real para ordenar la construcción de una mezquita capaz de rivalizar con la legendaria Santa Sofía, justo al otro lado de la plaza.
Diseñada por Sedefkar Mehmed Agha, la Mezquita Azul fusiona la elegancia islámica con elementos inspirados en las obras maestras bizantinas. Sus grandes cúpulas se elevan sobre filas de semicúpulas y una luz suave entra por más de doscientas vidrieras. En las paredes, más de veinte mil azulejos hechos a mano en Iznik resplandecen en tonos azules y verdes, adornados con delicados motivos florales—de ahí su famoso apodo.
En el exterior, seis esbeltos minaretes se recortan contra el cielo. En aquellos tiempos, esto era algo inusual; la leyenda cuenta que el sultán pidió minaretes de oro, pero se interpretó como “seis minaretes”, lo que provocó controversia, ya que solo la mezquita de La Meca contaba con esa cantidad. Para zanjar la polémica, se añadió un séptimo minarete en La Meca.
Bajo la sala de oración, el complejo o külliye albergaba una escuela, un hospital, cocinas, un mercado y la tumba de su fundador—era un verdadero centro de vida espiritual y cotidiana. Incluso hoy, la mezquita sigue siendo un espacio sagrado y epicentro de visitantes de todo el mundo, resonando con oraciones y pasos venidos de lejos.
A pesar de los incendios, del paso del tiempo y de las múltiples restauraciones, la Mezquita Azul sigue siendo un símbolo vivo del legado de Estambul y de su espíritu hospitalario, dando la bienvenida a quienes buscan belleza, historia o un momento de silenciosa contemplación.