Guía de audioIglesia de San Sergio y San Baco

Küçük Ayasofya Camii

Emblemática mezquita abovedada en una antigua iglesia bizantina del siglo VI, con un interior de estilo otomano.

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En el corazón de Estambul se alza Küçük Ayasofya Camii, conocida como la Pequeña Santa Sofía, un lugar donde la piedra antigua y las leyendas susurradas se encuentran. Con más de mil quinientos años de antigüedad, fue construida originalmente como iglesia a mediados del siglo sexto, durante el reinado del emperador Justiniano. Junto a su esposa, la emperatriz Teodora, Justiniano dedicó el templo a los santos Sergio y Baco, dos mártires del ejército romano estrechamente vinculados al origen de la iglesia. Según la tradición, cuando Justiniano era joven y fue acusado de conspirar contra el trono, los santos se le aparecieron en sueños y suplicaron por él, salvándole la vida. En agradecimiento, Justiniano mandó levantar este templo.

La audaz cúpula del edificio descansa sobre una base octogonal sostenida por gruesas columnas de piedra, un diseño que hace que el interior resulte a la vez amplio e íntimo. En su época, representó una verdadera maravilla de la arquitectura bizantina, con patrones y técnicas constructivas que más tarde influirían en la majestuosa Hagia Sophia de la ciudad. Antiguamente, las paredes brillaban con coloridos mosaicos y ricos mármoles, aunque gran parte de esa decoración fue sustituida o cubierta cuando la iglesia se transformó en mezquita.

A finales del siglo quince, tras la conquista otomana, el edificio cambió profundamente. Se construyó un esbelto minarete que apunta al cielo y se añadió un pórtico cubierto en la entrada. Muy cerca se encuentra también una madrasa, o escuela religiosa, con un patio adornado de vegetación, así como la tumba del mecenas de la mezquita, Hüseyin Ağa.

A lo largo de los siglos, los terremotos dañaron sus cimientos y el desarrollo urbano, incluyendo una vía férrea cercana, llegó a poner en peligro el monumento. Sin embargo, en cada ocasión, cuidadosas restauraciones lograron reparar la cúpula, el minarete y los muros, permitiendo que siglos de historia sigan vivos entre sus frescas y sombrías salas. Hoy en día, las paredes encaladas, la sutil caligrafía árabe y la luz suavemente filtrada crean una atmósfera tranquila y llena de matices, donde resuenan tanto el arte bizantino como el otomano.

Küçük Ayasofya Camii es uno de los monumentos bizantinos más antiguos que siguen en pie en Estambul y está protegida como parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La mezquita recuerda a cada visitante que la historia de Estambul es la historia del cambio constante: donde los imperios se suceden, las religiones se entrelazan y cada piedra guarda más de mil quinientos años de memoria.

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