Guía de audioHipódromo de Constantinopla

Sultanahmet Meydanı

Plaza pública con restos de un hipódromo antiguo y construcciones históricas y destacadas.

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La Plaza de Sultanahmet, situada en pleno corazón de la histórica Estambul, late con historias de siglos pasados. Al recorrer sus amplios caminos bordeados de árboles, uno camina por el antiguo hipódromo, un lugar donde se han entrecruzado culturas y épocas. Durante casi dos mil años, este espacio abierto fue testigo de carreras romanas de cuadrigas, rebeliones bizantinas, fastuosas celebraciones otomanas y, hoy en día, de la animada mezcla de habitantes y viajeros que lo llenan a diario.

Hace cientos de años, multitudes se reunían en el hipódromo. Su forma de herradura estaba diseñada para el vértigo y el espectáculo: las cuadrigas cruzaban a toda velocidad entre los gritos de los seguidores, mientras los emperadores las observaban desde palcos exclusivos. Aquellas carreras eran mucho más que un pasatiempo: despertaban pasiones, alimentaban rivalidades y provocaban sucesos históricos, como la gran revuelta de Niká, que sacudió los cimientos de la ciudad.

Todavía quedan vestigios de aquel esplendor. En el centro de la plaza se alza el Obelisco de Teodosio, un monumento de granito rosado más antiguo que la propia Estambul, cubierto de jeroglíficos milenarios. Muy cerca, el Obelisco Empalizado se eleva, y aunque hoy muestra su piedra desnuda, antaño estuvo revestido de bronce resplandeciente. Tampoco falta la Columna Serpentina, que se retuerce elevándose desde el suelo: es un trofeo traído desde Grecia, símbolo de una victoria lejana.

No te pierdas la Fuente Alemana, con su cúpula adornada de mosaicos dorados. Fue un regalo del káiser alemán a comienzos del siglo veinte, como muestra de los lazos entre Estambul y Europa. Y a pocos pasos, te rodean grandes símbolos: las cúpulas resplandecientes de la Mezquita Azul, la silueta enigmática de Santa Sofía y el Museo de Artes Turcas e Islámicas, cada uno narrando una faceta de la ciudad.

Bajo tierra, silenciosas cisternas como la Yerebatan Sarnıcı y la Binbirdirek Sarnıcı cuentan su propia historia, recordándonos cómo Estambul siempre se ha reinventado: antes almacenaban agua para los emperadores y hoy albergan eventos culturales y encuentros modernos. Sultanahmet sigue siendo un escenario lleno de vida, donde los monumentos, la gente y la historia se encuentran día tras día para celebrar el pulso vibrante de Estambul.

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