Guía de audioCisterna de Basílica
Yerebatan Sarnıcı
Enorme depósito de agua romano bajo tierra, con 9,800 metros cuadrados de superficie y 336 columnas de mármol.
Bajo las animadas calles de Estambul se esconde un lugar verdaderamente sorprendente: la Yerebatan Sarnıcı, conocida también como la Cisterna Basílica. Hace casi quince siglos, ingenieros romanos y miles de trabajadores levantaron este enorme depósito subterráneo para abastecer de agua a la antigua ciudad, especialmente en épocas de escasez o de guerra. El emperador Justiniano del Imperio Bizantino ordenó su construcción, que concluyó a comienzos del siglo sexto. La obra tomó cerca de dos siglos en completarse. Así, se convirtió en todo un símbolo de tenacidad y habilidad.
Esta cisterna ocupa una superficie cercana a los diez mil metros cuadrados y está sostenida por trescientas treinta y seis columnas de mármol. Muchas de estas columnas alcanzan casi nueve metros de altura. Las columnas fueron tomadas de distintos templos y ruinas repartidos por todo el imperio. Cada una tiene su propia historia: algunas presentan delicados detalles en el estilo corintio, otras son sencillas y despojadas. Juntas logran crear la sensación de estar en un palacio subterráneo. Los suaves ecos del agua y los pasos resuenan en el interior, lo que añade un aire casi místico a cada visita.
En la esquina noroeste se encuentran dos cabezas de Medusa, envueltas en leyendas. Estas antiguas esculturas romanas sirven como base de dos columnas; una está puesta de lado y la otra al revés. La tradición cuenta que este curioso acomodo busca reducir el poder de la legendaria mirada de Medusa, capaz de convertir a alguien en piedra. Además, demuestra la creatividad de los constructores al reutilizar materiales.
Durante las épocas bizantina y otomana, los gruesos muros de ladrillo de la cisterna se impermeabilizaron con un mortero especial. Esto permitió almacenar enormes reservas de agua fresca traída por acueductos desde lejanos bosques. Incluso después de los cambios de gobierno en Estambul, la cisterna siguió abasteciendo a palacios y barrios, sobre todo en tiempos difíciles.
Hoy en día, los visitantes recorren pasarelas elevadas por encima de aguas claras y poco profundas. La luz tenue, algunas intervenciones artísticas y los reflejos sobre la antigua piedra transportan al visitante a una atmósfera fuera del tiempo. El trabajo minucioso de restauración ha permitido que la estructura siga en pie, conservando su carácter único para las próximas generaciones.
La Yerebatan Sarnıcı sigue cautivando a quienes la conocen. Ha aparecido en películas de James Bond, en la novela Inferno de Dan Brown y hasta en populares videojuegos. Ya sea por su arquitectura, sus misteriosas columnas con Medusas o la frescura y penumbra de sus grandes salas, la Cisterna Basílica ofrece una experiencia inolvidable. Une la extensa historia de Estambul con la vitalidad de la ciudad actual.