Guía de audioPalacio Beylerbeyi

Beylerbeyi Sarayı

Palacio con jardines del siglo XIX, que usaban los sultanes otomanos como residencia de verano.

...

En la orilla asiática de Estambul, justo al borde del Bósforo, se levanta el Palacio de Beylerbeyi, una majestuosa residencia veraniega construida para los sultanes otomanos. Antes de que este elegante edificio estuviera terminado, a mediados de la década de los sesenta del siglo diecinueve, hubo aquí un palacio de madera, destruido por un incendio y reemplazado por orden del sultán Abdülaziz. El arquitecto Sarkis Balyan combinó la disposición tradicional otomana con elementos del Renacimiento y el Barroco, logrando que el palacio tuviera una atmósfera luminosa, elegante y un sutil aire de sofisticación europea.

Sin embargo, Beylerbeyi fue mucho más que una residencia real. Durante los meses cálidos, los sultanes abandonaban sus palacios de invierno en busca de un clima más suave junto al Bósforo. El palacio recibía a menudo a distinguidos visitantes extranjeros: en sus salones se alojaron la emperatriz Eugenia de Francia, miembros de la realeza iraní y, más tarde, destacados dignatarios de todo el mundo. Cuenta la leyenda que la emperatriz Eugenia quedó tan fascinada por una de las ventanas de la habitación de invitados que decidió mandar a hacer una réplica para su dormitorio en París.

En el interior, la separación entre el Selamlik, área destinada a los hombres, y el Harem, reservado a las mujeres, reflejaba la privacidad y las normas sociales otomanas. El palacio cuenta con más de veinte habitaciones y varios grandes salones. Los suelos están cubiertos con suaves alfombras de Hereke y esteras de junco traídas de Egipto, para mantener el ambiente fresco y seco. Las arañas de cristal francés, jarrones delicados de Asia y Europa, y finos tallados en madera decoran los salones, mostrando el gusto internacional de la élite otomana.

En el corazón del palacio destaca un salón lleno de luz, con una fuente y una piscina de mármol. El murmullo del agua calma y refresca el aire, aportando un ambiente sereno y lujoso. En el exterior, los jardines solían lucir árboles raros y extensos prados. Hoy, aunque los terrenos se han reducido y el Puente del Bósforo se impone cerca, el encanto del palacio sigue intacto. Tras décadas de cambios, e incluso un periodo en el que el sultán Abdülhamid estuvo bajo arresto domiciliario aquí, a comienzos del siglo veinte, Beylerbeyi se convirtió en museo, permitiendo a los visitantes recorrer los mismos pasillos que una vez pisaron sultanes y estadistas, y descubrir cómo el poder y la hospitalidad otomanos se encontraban a la orilla del agua.

Escucha esta y otras guías en la app